La loca.
La noche cayo sobre sus hombros
Sin que se hubiera dado cuenta del paso del día.
Al igual que el verano, sin el paso del invierno.
Tampoco pudo darse cuenta cómo ni porque el había partido.
Tan solo ve los muros verdes que tienen presa su libertad.
Las frías noches de verano la hacen
temblar.
Y las frías noches del invierno la hacen
tiritar.
Los barrotes de su cama metálica, le insinúan la prisión, de la cual decidió no
escapar.
El partió, no le dijo nada, ni como ni para que.
Gélida y lánguida casi inmóvil abrió su boca y tomo su medicación.
(-Sin ellos saber que el dolor esta en su corazón.)
Isidoro Paz.
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